LA TABERNA DE MÁXIMO
Marcada por mesas acuchilladas y botellines vacíos. A la última ronda siempre invita Maxi. A partir de las doce, se cierra la puerta por dentro y sólo quedan los amigos. Y es entonces y solo entonces, delante de la penúltima jarra de la noche y las últimas cuatro cartas del día, cuando te encuentras entre iguales y dices lo que tienes que decir.
miércoles, 5 de marzo de 2014
jueves, 6 de febrero de 2014
Bienvenido. Estás en casa.
Debí haber llamado. O al menos haber avisado. O quizás con que me hubiera pasado a tomar la última y hubiera invitado a la ronda de rigor habría sido más que suficiente. Pero sólo deje de aparecer por la taberna.
Subí las escaleras del metro con esa ansiedad que yo pensaba tener sólo reservada para las primeras citas y los acontecimientos trascendentales de la vida, esa sensación que hace largas las calles hacia tu destino y te atenaza el estómago haciéndote encoger el culo. Era aun temprano, pero las calles del Madrid profundo de invierno ya hacía semanas que se habían acostumbrado a ocultar toda sombra que no procediera de una farola a medio gas.
Mismo cartel con patrocinio de cerveza. Mismo toldo con número de teléfono. Mismas sillas apiladas y encadenadas en la puerta.
No entendía porqué ese sentimiento de culpabilidad, ni porqué retomar esta entrada tres veces con remordimientos... pero allí estaba. A 10 metros de la puerta viendo a Maxi limpiar vasos de caña a través de unos cristales amarillos de experiencias.
Ya estás aquí, me dije. No te queda otra, me obligué. Tienes cosas que contar, me autoconvencí. Empujé la puerta congelada, me soplé y froté las manos, crucé en dos zancadas las baldosas y me dejé caer en un taburete.
Y allí estaba. Mi tercio. abierto. Y Maxi. No me dirigió la palabra, solo levantó ligeramente la cabeza, con una medio sonrisa. Bienvenido. Estás en casa.
Subí las escaleras del metro con esa ansiedad que yo pensaba tener sólo reservada para las primeras citas y los acontecimientos trascendentales de la vida, esa sensación que hace largas las calles hacia tu destino y te atenaza el estómago haciéndote encoger el culo. Era aun temprano, pero las calles del Madrid profundo de invierno ya hacía semanas que se habían acostumbrado a ocultar toda sombra que no procediera de una farola a medio gas.
Mismo cartel con patrocinio de cerveza. Mismo toldo con número de teléfono. Mismas sillas apiladas y encadenadas en la puerta.
No entendía porqué ese sentimiento de culpabilidad, ni porqué retomar esta entrada tres veces con remordimientos... pero allí estaba. A 10 metros de la puerta viendo a Maxi limpiar vasos de caña a través de unos cristales amarillos de experiencias.
Ya estás aquí, me dije. No te queda otra, me obligué. Tienes cosas que contar, me autoconvencí. Empujé la puerta congelada, me soplé y froté las manos, crucé en dos zancadas las baldosas y me dejé caer en un taburete.
Y allí estaba. Mi tercio. abierto. Y Maxi. No me dirigió la palabra, solo levantó ligeramente la cabeza, con una medio sonrisa. Bienvenido. Estás en casa.
viernes, 27 de abril de 2012
Arte Urbano
Coge tizas de colores vivos. De la caja, quita todos los tonos apastelados. Escoge una parcela de cemento liso y sitúa una gorra para it depositando tu autocomplaciencia. Empieza dibujando viernes por la noche, bolsas de gominolas para estudiar, cañas improvisadas, domingos en la cama y canciones de verano.
Ahora sientate, sonríe y memoriza. Y espera a q llueva. Porque lloverá.
Ahora sientate, sonríe y memoriza. Y espera a q llueva. Porque lloverá.
sábado, 14 de abril de 2012
martes, 10 de abril de 2012
Dragones en Narnia
Gilbert Keith Chesterton dijo:
“Los cuentos de hadas son bien ciertos, pero no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que podemos vencerlos”.
Mañana matamos dragones.
viernes, 6 de abril de 2012
Cómprame una mouleskine
El buscador es la persona que busca... no necesariamente la que encuentra. Escribamos más a pluma, de las de tinta rápida y punta rasgante. Detengámonos en las letras en las que se pueda incorporar una filigrana o un bucle exagerado.
Dibujemos lo que vimos, subrayemos lo que sentimos y eliminemos los márgenes.
No cuadriculemos, extrapolemos conclusiones hasta que parezcan inverosímiles.
Respetemos sólo espacio y tiempo y nunca escribamos FIN.
De esa forma, nuestra libreta parecerá mas llena, nuestras vidas parcerán menos vacías y nuestras lápidas... rezarán más de diez años.
Dibujemos lo que vimos, subrayemos lo que sentimos y eliminemos los márgenes.
No cuadriculemos, extrapolemos conclusiones hasta que parezcan inverosímiles.
Respetemos sólo espacio y tiempo y nunca escribamos FIN.
De esa forma, nuestra libreta parecerá mas llena, nuestras vidas parcerán menos vacías y nuestras lápidas... rezarán más de diez años.
miércoles, 4 de abril de 2012
tabernas de batalla
tiempo largo y tendido buscando una taberna de Maximo. Todo para que Tony la encuentre en un sofá y una mesa llena de cervezas vacías. y es entonces y sólo entoces, con las últimas cuatro cartas de la noche y a puerta cerrada, cuando dices lo que tienes que decir. O lo que tienes que ver. O contra lo que te queda por luchar.
Contra lo que te queda por luchar.
Contra lo que te queda por luchar.
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